
Las raíces de esta área investiga se remontan al siglo XI pero sólo en los últimos tiempos ha atraído la atención de científicos e investigadores del derecho procesal penal. En el pasado, el interés mayor sobre tales técnicas científicas usualmente lo generaban acontecimientos que conmovían al público y a la prensa, y que los técnicos o especialistas eran incapaces de resolver. En la actualidad, el alto grado de profesionalismo y el desarrollo de cada vez más refinados métodos y técnicas, han estimulado la acrecencia y el interés vinculados con la materia. Esta ciencia única ha sido retratada en la literatura como una entidad que puede suministrar información objetiva, de otra manera inalcanzable para el investigador y para el sistema judicial, a través del examen de la evidencia física. Sus objetivos son similares a los de las ciencias naturales y sociales, vale decir, entre otros, dedicarse a la búsqueda de la verdad a través de la aplicación del método científico, a diferencia de la subjetividad del testimonio que está abierto a la especulación.
Ahora en la Criminalistica no basta saber, proteger, observar y fijar el Sitio del Suceso, tampoco basta conocer las técnicas para la recolección de evidencias, ni tampoco es suficiente saber suministrarlas a las diversas especialidades del Laboratorio. La Criminalistica no concreta sus actividades en las fases de investigación citadas; el experto que la practica debe aplicar otros conocimientos vastos y vigentes que ofrecen las otras disciplinas científicas que constituyen la Criminalistica general, con objeto de contar con bases técnicas y científicas para aplicar la metodología específica y razonar científicamente el valor de las evidencias y las circunstancias que rodean al hecho.
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